Las circunvalaciones de Baní y Azua son ejemplo del compromiso del Gobierno con la conectividad de la región, y Barahona confía en que su proyecto vial será parte de la próxima etapa de desarrollo.



La región Sur vive una etapa de transformación vial sin precedentes. La construcción de las circunvalaciones de Baní y Azua, junto con los trabajos en la Plaza de la Bandera y pintura, marcan un antes y un después en la comunicación terrestre hacia nuestro sur. Estas obras reducen los tiempos de viaje, mejoran la seguridad vial y fortalecen la conexión comercial y turística de nuestras provincias.

Sin embargo, en medio de estos logros, Barahona mantiene una aspiración justa y necesaria: contar con una circunvalación moderna que descongestione de manera definitiva el tránsito en el centro de la ciudad. La solución que se intentó años atrás en la avenida Don Antonio Méndez no logró el objetivo y, por el contrario, generó mayores riesgos y accidentes. Hoy, más que nunca, este proyecto es una necesidad urgente para garantizar movilidad segura, eficiente y ordenada.

Confiamos plenamente en que el presidente Luis Abinader y su equipo de gobierno, que han demostrado compromiso con el desarrollo equitativo de todas las regiones, pondrán el oído en el corazón de los barahoneros y harán realidad esta obra largamente esperada. Este Gobierno ha dado muestras claras de escuchar y actuar, y estamos esperanzados en que Barahona será parte de la próxima etapa de modernización vial que vive el Sur.

La circunvalación de nuestra provincia no es un simple proyecto de infraestructura; es una vía hacia el desarrollo, la seguridad y la integración del sur con el resto del país. Sabemos que, así como Baní y Azua están viendo cumplidos sus anhelos, muy pronto Barahona también celebrará el inicio de esta obra que marcará un nuevo capítulo en su historia.