Comunicador y político
Cuántas veces erramos en la vida queriendo asumir algún tipo de monarquía, aun sabiendo que somos un Estado que elige su figura principal, un presidente, de forma temporal, a través del voto popular de sus ciudadanos. A ese tipo de modelo llamamos República.
Hay figuras importantes de la política dominicana que al asumir una actitud monárquica recuerdan la Era del Jefe, cuyo único propósito era perpetuarse en el poder, ya sea político, cívico o militar. Demasiado le ha costado a la sociedad asumir ese tipo de comportamiento en el ejercicio del poder.
En un país como el nuestro, cuya juventud vigila los espacios para adquirir experiencia, no nos podemos dar el lujo de crear monarquía, hay que hacer un empalme generacional que permita desarrollar el país apostando a una generación que tiene ganas de ayudar a salir del letargo que nos encontramos, apoyado en las buenas experiencias de nuestros antecesores.
Donde la Patria te llame a servir no debes dudar hacerlo, eso demuestra, además de inteligencia, amor por tu país, poniendo el compromiso asumido con la Nación por encima de los intereses personales.
Es importante la preparación académica, nadie puede quitarle méritos a un individuo que dedicó parte de su vida a prepararse en un área determinada del saber, eso es un respeto adquirido que recobra fuerza cuando puedes demostrar que tus habilidades son más que suficientes para emprender un camino de éxito en el amplio mundo laboral. Sin embargo, el mundo no es estático, millones de personas se están capacitando para colaborar en la misma área del saber donde te crees tener derecho de ser un monarca.
No tiene sentido ir más allá de la razón. Es mejor servir con amor, y dejar de tiznar la educación haciéndote creer imprescindible, olvidando que eres mortal como los demás.
Es mejor servir a la Patria con humildad, que pretender ponerse por encima de ella con egoísmo.